Como ya es bien sabido, estamos ante una situación extraordinaria a nivel mundial, la afectación del COVID-19 esta transformando la manera en la que nos cuidamos físicamente, la comunicación a través de diversas plataformas, la economía, los sectores de salud, un reto interesante para los gobernantes de los diferentes países.

Estamos ante una situación extraordinaria, por lo tanto, no podemos vivir de una manera ordinaria, es importante estar atentos a la información que fluye constante en esta época en los medios de comunicación y en las redes sociales.

A través de las redes sociales escuchamos diferentes opiniones con un sentido variado, unas creíbles, otras no tanto, sin embargo, han disparado en la población distintos escenarios de preocupación:

  • Como personas individuales de qué manera se vive el aislamiento y se enfrentan los diferentes procesos, estando atentos a las noticias de la evolución de los contagios y como afecta la economía local y global.
  • Como trabajador, con la inseguridad de sí la empresa continúa o no, el manejo de las jornadas de trabajo, cuidando no contagiarse, los ajustes de salario, los días de descanso sin goce de sueldo, los diferentes puntos de vista de los patrones.
  • Como patrón, enfrentando la organización de un negocio en esta crisis, observando como la economía va afectando el flujo del negocio, atento a las noticias esperando los apoyos económicos por parte del gobierno federal, detectando de qué manera se cumplen todas las obligaciones que le corresponden para la continuidad de sus actividades y aparte dar cumplimiento a las obligaciones fiscales.

En todos los escenarios y en cada posición al final para salir adelante, es necesario el trabajo en equipo, ya que de ello depende la salud y la economía. Sin embargo, no podemos dejar de lado a las autoridades, el Estado es responsable de cubrir las necesidades de la población, y en nuestro caso, todos los mexicanos estamos obligados a contribuir con la Nación como lo señala el Articulo 31 Fracción IV de la CPEUM, eso es una verdad plasmada en nuestra constitución.

También es una verdad que en los últimos tiempos las autoridades han basado sus ingresos en la recaudación a través de una fiscalización utilizando los medios electrónicos y haciendo reformas que eviten la evasión y la elusión.

En nuestro país, en el presente sexenio, en todo tipo de discursos, en cualquier circunstancia, siempre se habla de un ataque a la corrupción y que todo va bien y se está mejorando y que no hay concesiones para nadie, señalando los grandes fraudes del pasado y que para subsanarlos están trabajando, sin embargo, cualquiera que fuese su opinión ante esto debemos enfocarnos en la contingencia que hoy apremia.

En este momento, la realidad económica, rebasa cualquier tipo de crisis imaginada, o al menos es lo que se observa en las economías locales y fuertemente en algunos sectores, como por ejemplo el turístico, es notoria la necesidad de apoyos gubernamentales, prorrogas para el cumplimiento de obligaciones fiscales y de seguridad social, al ir evolucionando los contagios ya han dado algunos beneficios por parte de los gobiernos de los estados, el IMSS, el INFONAVIT, prórroga para la presentación anual de PF y apoyo del gobierno llamado Crédito Solidario a la Palabra.

Todas estas acciones son señaladas como un pequeño avance pero desde mi punto de vista insuficientes, no resuelven la situación, además al intentar acceder a las plataformas no obtienes los resultados adecuados, por lo tanto no es ayuda real.

Lo antes señalado es una verdad, pero ¿cuál es la realidad?, sobre todo en el aspecto fiscal las obligaciones siguen adelante, el aparato fiscalizador sigue sin parar enviando avisos, requerimientos de información, entre otros avisos, el Buzón tributario no frena, las devoluciones automáticas no llegan, los estímulos fiscales tampoco.

Por lo tanto los contribuyentes y patrones no deben olvidarse de las obligaciones fiscales que se deben cumplir, como por ejemplo los pagos provisionales, pero no se trata solo de no olvidar el cumplimiento, sino también lo que establecen las leyes, tal es el art 5-A del CFF, que nos habla de la razón de negocio y que faculta a la autoridad a definir si realmente nuestras deducciones son las apropiadas y no estamos abusando.

También existe la afectación que generan los discursos del presidente al generalizar la falta de pago de los empresarios y desacreditando a los contadores que apoyan a los empresarios a cumplir con sus obligaciones fiscales.

En conclusión; “Nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira”, por ejemplo:

  • El trabajador piensa que su patrón no lo apoya, aunque quiera hacer todo para mantener la fuente de empleo.
  • La autoridad piensa que el contribuyente no quiere pagar los impuestos, aunque la plataforma de la autoridad no funciona, nos hay servicios completos en las diferentes dependencias, las devoluciones prometidas no llegan.
  • El empresario (patrón y contribuyente) sin ingresos por la caída económica, intentando mantener adelante su embarcación y con todos a flote a pesar de los obstáculos por misma enfermedad y la situación económica, considera que el Gobierno federal no está consiente de tal situación.

Estimado lector, ¿Usted, que opina?

No cabe duda de que esta pandemia dejará grandes consecuencias, pero de momento en lugar de preocuparse es mejor ocuparse, así que en el escenario que te encuentres, hay que aplicar la prudencia, no entorpecer las medidas sanitarias de las autoridades y no tomar decisiones precipitadas.

Todos nos debemos cuidar para no contagiarnos y pensar antes de actuar.

Los empresarios deben analizar la mejor manera de cumplir sus obligaciones fiscales aunado a ver la forma de mantener su negocio, el tomar la decisión de no cumplir puede traer más consecuencias, por lo tanto, es recomendable asesorarse y trabajar sobre una proyección, debidamente fundamentada y metas bien definidas.

Mtro. Dionisio Pérez Castañeda

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